PERU:GRANDES NEGOCIOS DEL OLIGARCA DIONISIO ROMERO


Para:www.PerspectivaInternacional.Net

Por: JCoussel@yahoo.com

El oligarca Dionisio Romero, elemento de la gran burguesia peruana, siempre beneficiado por los negocios con el estado y los gobiernos de turno, ahora se anota otro gol con la industria del etanol, combustible que servira para el nuevo diseno del transporte en el Peru.

Este personaje, es dueno de la banca, comercios e industrias en todo el territorio nacional y principal soporte economico del regimen aprista. 

El Grupo Romero, surgio y crecio bajo la dictadura fascista y coorporativa del general Juan Velasco Alvarado, clase media piurana que arribo a las filas de los terratenientes y grandes burgueses. Desde entonces, se acentuo como clase dominante y soporte fundamental para los regimenes de Bermudez, Belaunde, Garcia, Fujimori, Toledo y nuevamente Alan Garcia.
Merece recordar que Dionisio aparece en los «videos de la corrupcion» con el asesor  de fujimori, asesor de inteligencia y miembro de la CIA, Vladimiro Montesinos, negociando beneficios economicos a costa de la vida del pueblo peruano. 
Dionisio Romero, jamas fue citado a Corte alguna por sus complicidades con los robos y crimenes del regimen fujimorista, a pesar que este grupo financio la guerra antisubversiva con el costo que acarreo las miles de vidas cegadas a mansalva por las fuerzas del estado y encubiertas por los mismos grupos de poder.  
El Grupo Romero, tiene en sus inventarios extensas  hectareas de tierras en la costa, sierra y selva, industrias de todo tipo, el Banco de Credito que exporta capitales y alianzas con el capital chileno y con otras coorporaciones internacionales para rematar el pais al martillo.
Frente a este personaje, Alan Garcia, se ha comprometido publicamente, en «garantizarle la continuacion de sus negocios con mayores beneficios» porque hara todo lo posible para que «el proximo gobierno sea igual que el actual», es decir, continuadores de las politicas Neoliberales, proimperialistas y hambreadoras.
Eta No


Patricia Wiesse
 A fines de este año debemos borrar de nuestro disco duro la palabra gasolina y llamarle gasohol. También debemos acostumbrar a nuestros bolsillos a pagar más por galón y a que éste rinda menos.
“Piña”, dice Dionisio Romero, el principal beneficiado con un cambio que aparenta estar dentro de la movida ecológica mundial, pero que es sumamente peligroso y controversial.

El vulgar alcohol etílico tiene ahora un nombre sofisticado y ecológico: etanol. En vez de ser usada para producir un buen cañazo, el azúcar de caña se destila para convertirse en biocombustible.
Las empresas dedicadas al negocio han hecho un excelente trabajo para promocionar esta alternativa de origen agrícola que se mezcla con la gasolina, y han convencido al mundo entero de que así se contamina menos el medio ambiente. Uno de los problemas es que se están utilizando para ello tierras agrícolas o con potencial agrícola, como las siete mil hectáreas de tierras eriazas que el Grupo Romero ha cubierto de caña en Piura.
Como dice el Mayoral, saca tu machete Cipriano, afila la lampa José.
Con el problema del hambre mundial y la escasez de alimentos, el pronóstico pone los pelos de punta: los biocombustibles podrían desplazar a los cultivos destinados a llenar nuestras mesas. La consecuencia sería que éstos se dispararían y escasearían.
Acá en el Perú, el experto en temas agrarios Fernando Eguren sostiene que las diez mil hectáreas adjudicadas a la empresa Maple Etanol, en la cuenca del río Chira, requerirán enormes volúmenes de agua en perjuicio de los pequeños productores y sus actuales cultivos.
Los propios Verdes sostienen que estas fuentes de energía alternativa van a acelerar el calentamiento global. Ahora se sabe que estas plantaciones están reemplazando a otros cultivos que absorbían mejor el carbono. En Brasil, la soya está invadiendo tierras de pasto para el ganado y los rancheros invaden la selva amazónica. En Indonesia talaron tantos árboles para reemplazarlos por aceite de palma para biogasóleo europeo que ahora este país ocupa el tercer lugar entre los principales emisores de carbono en el mundo.
Dionisio Dinero
En la salita de sillones verdosos imitación cuero y paredes con marinas de dudoso valor pictórico se repartía la torta. “Tengo un temita”, le decía el accionista mayor del Banco de Crédito al asesor presidencial Vladimiro Montesinos.
R: Hay un temita que puede ser de interés para ayudar un poquito a ganar las elecciones.
M: Ya.
R: Hay un arancel de 25% al trigo.
M: Ya.
R: …innecesario.
(Meses después una varita mágica hizo que el arancel al trigo bajara. La beneficiaria directa fue, ni más ni menos, la empresa ALICORP, la engreída de don Dionisio).
Con este antecedente se explica la ley y la trampa. En el año 2003, ante la fuerte presión internacional por combustibles menos contaminantes, aparece en el Congreso un proyecto de ley aparentemente aséptico y moderno destinado a fomentar el uso de fuentes de energía alternativa al petróleo y al gas natural, presentado por apristas y peruposibilistas.
“Le han sacado la vuelta a ese proyecto”, sostiene el economista Pedro Maldonado.
“Sorpresivamente, el Ejecutivo —léase Toledo— lo reemplaza por otro que finalmente fue aprobado. La actual Ley de Promoción del Mercado de Combustibles exige que éstos tengan menos partículas de azufre, y pone de plazo hasta fines del 2010 para que la gasolina se mezcle con el etanol en una proporción de 92% a 8%”, enfatiza.
¿Otra ley con nombre propio? ¿Será casual que solo haya dos productores de etanol en el país y que uno de ellos sea el “visionario” Grupo Romero?
Como dice Rubén Blades, salgan y hagan sus apuestas, ciudadanía.
Es un mercado cubierto por dos empresas: Industrias del Espino S.A., la del grupete, y Maple Etanol SRL, que está sembrando ocho mil hectáreas de caña de azúcar e instalará una planta de etanol en Piura con una inversión de más de doscientos millones de dólares para producir cuatrocientos mil litros diarios de etanol.
Maldonado sostiene que los Romero Boys se estuvieron preparando desde el año 2001 para este negocio redondo, haciendo sus pinitos en las plantaciones de aceite de palma aceitera en Tarapoto, con la idea de producir biodiésel. En el norte han venido comprando tierras en forma agresiva: tienen veinticuatro mil hectáreas.

Ya para el 2003 controlaban el 35% de la cadena de comercialización, a través de sus doscientas cincuenta estaciones de servicios PRIMAX, de sus flotas de camiones, de sus tanques de recepción, de sus plantas procesadoras, de sus refinerías y sus almacenes. Y, por si todo eso fuera poco, tienen acuerdos comerciales con La Pampilla y con Petroperú.
Es claro es que estamos ante un oligopolio en el que los Romero Boys tienen mayor posibilidad de comercialización y ganancia porque internalizan costos, al controlar toda la cadena producción-comercialización. “Por ejemplo, ellos ya adecuaron sus estaciones de servicio: los tanques, las mangueras de los grifos deben modificarse”, sostiene Maldonado.
La Asociación de Propietarios de Grifos ya se adelantó a anunciar que el uso de gasohol aumentará el precio del combustible. Humberto Campodónico sostiene que hay tres costos adicionales: el costo de la producción de etanol, el costo del traslado a las refinerías y el costo de llevarlo hasta los grifos. “Por supuesto que los grifos no van a perder. Han dicho que la inversión de adaptación de los tanques será de sesenta y cuatro millones de dólares, así que le van a trasladar estos costos al consumidor”, agrega.
Sin embargo, Maldonado opina que “el precio del combustible debería ser menor por la reducción de costos que logra el Grupo Romero al tener el control de la cadena. El problema es que quien controla la oferta es el que pone los precios”.
Pero las malas noticias no vienen solas: el etanol se quema mucho más rápido que la gasolina. Eso quiere decir que rinde menos.
Otro argumento en contra es que el etanol es corrosivo y puede malograr los motores de los carros con diez o más años de antigüedad. Por eso en Brasil se están fabricando autos acondicionados para el etanol.
O estamos en la luna de Paita (y recuerden lo que ha pasado en ese puerto), o el silencio es cómplice. La política de hechos consumados nos agarrará en pijamas.
Como dice Raphael, escándalo.

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